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12:25 | Autor Iglesia Hogar

Con el voto de los Dres. María Eugenia Sierra de Desimoni y Carlos Alfredo Benítez Meabe y la disidencia del Dr. Carlos A. Rodríguez, la Sala IV de la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de Corrientes revocó una sentencia de primera instancia que condenaba a la Obra Social de la Unión del Personal Civil de la Nación a cubrir, a una afiliada y su cónyuge, la totalidad de gastos, costos y demás erogaciones que requiriera un tratamiento de fertilización asistida (FIV) por técnica ICSI con posibilidad de ovodonación, a realizarse en un centro de la Ciudad de Buenos Aires.

En sus ilustrados fundamentos, la sentencia de Cámara analizó vastos sectores del ordenamiento jurídico argentino y reafirmó de modo categórico que:

· “el deber de protección a la vida como bien constitucional, impide que el Estado asuma políticas abortivas, fomente la manipulación genética, imponga controles de natalidad, etc.”;

· “ni la clonación, ni la destrucción de embriones, ni la interrupción del embarazo admiten ubicarse entre las conductas autorreferentes, aunque más no sea porque está de por medio la vida ajena”;

· “aceptar que después de la fecundación un nuevo ser humano ha comenzado a existir no es ya cuestión de gusto o de opinión, ni es una hipótesis metafísica, sino una evidencia experimental”;
* la vigencia del “innegable derecho del concebido a su gestación continua e integral en el seno de su madre”;

· “la jerarquía moral de la persona –desde su concepción- es merecedora por parte del Derecho de tutela real efectiva que la custodia, además y principalmente su dignidad”;

· “Sentado el principio del derecho a la vida desde la concepción, cabe destacar que resulta indudable:
- que el tratamiento de fertilización asistida afecta el derecho de los embriones concebidos. En efecto, en toda técnica extracorpórea la fecundación se realiza fuera del cuerpo materno, los embriones así concebidos corren desproporcionados e innecesarios riesgos en su vida y salud ”, pues “está demostrado que las técnicas extracorpóreas poseen una alta tasa de mortalidad de embriones. Según estadísticas europeas, para un nacido vivo es necesario concebir al menos 9,6 embriones”;
- que los procedimientos de fertilización asistida “no resultan proporcionados a la dignidad de la persona y la transmisión de la vida humana, pues imponen una lógica biotecnocientífica y despersonalizadora en la procreación humana y se apartan de principios fundamentales como la donación de las personas en la unión sexual conyugal”;
- y que “la jurisdicción no puede ordenar que se cubran tratamientos que afectan el derecho a la vida de las personas por nacer, o lo ponen en riesgo; no puede disponer una práctica médica que quebranta normas de orden público relativas a la filiación; los tribunales no pueden cooperar con hechos que, objetivamente, podrían constituir la comisión del delito de suposición de estado civil…”.

En síntesis, un fallo que, afianzando la Justicia, honra a la magistratura correntina y constituye un ejemplo a seguir.
NOTIVIDA, Año XI, Nº 758, 5 de mayo de 2011

7:59 | Autor Iglesia Hogar
Buenos Aires, 14 de abril de 2011



A LOS EMEFECISTAS EN LA ARGENTINA

Queridos hermanos:

Visto que, según parece, no se ha entendido cabalmente la propuesta enviada por la vía habitual en el procedimiento del MFC, relativa a un pro­yec­to de ley impulsado por la Red Federal de Familias y respaldado por la Iglesia (véa­se por ejemplo AICA, boletín del 24 de marzo de 2011, donde se comentan los apoyos del Arzobispo de Corrientes y del Obispo de Orán, entre otros), recurrimos a esta aclaración y envío personalizado.

El mencionado, se trata de un proyecto de ley centrado en la protección in­te­gral de la familia. Adjuntamos el resumen de los principios fundamen­ta­les.

Dado que es un proyecto “de iniciativa popular”, se requiere la recolección de miles de firmas, con el fin de que, con su aval, pueda ser presentado en el Congreso Nacional.

Destacamos que la Iglesia pide de los cristianos una mayor participación y presencia en la sociedad actual, en las decisiones políticas, en la gestión de normativas, etc. Ésta es una ocasión para que todos los cristianos y personas que adhie­ran a estos principios más allá de su fe o de su adhesión eclesial actúen real, com­pro­metida y positivamente en defensa del matrimonio, la familia y la vida. De lo con­tra­rio, nos quedamos en declamaciones y quejas.

La planilla de firmas también se adjunta. Es muy sencilla; tie­ne formato A4, de modo que es fácil de imprimir. Una vez completados todos los ejem­pla­res que puedan reunir (núcleo familiar, vecinos, amigos, colegas del trabajo, asis­ten­tes a las misas, padres de la escuela de nuestros hijos, etc.), por favor, en­víenlas a la Sede nacional, cuya dirección figura al pie.

Con afecto en el Señor,

Comisión Sede

{Nota CS Nº 83}

Principios básicos de política familiar argentina.

- Reconocimiento de la familia como sociedad natural y primaria, fundada en el matrimonio, entendido éste como unión estable entre un varón y una mujer.

- Reconocimiento de que los padres tienen derechos originarios y primarios en todo lo atinente a la educación de sus hijos.

- Política de igualdad de los miembros de las familias: que sea real y efectiva en el acceso y disfrute de los bienes económicos, sociales y culturales.

- Concepto de ‘familia numerosa’ y ‘familia numerosa especial’ en función del nú­me­ro de sus integrantes, siendo mayores los beneficios otorgados a estas últimas. La autoridad de aplicación para ese reconocimiento será el Ministerio de Desarro­llo Social de la Nación. Gratuidad y celeridad de los trámites necesarios para ese re­co­nocimiento. Los derechos y garantías de las familias numerosas comprenden –entre otros– los de prioridad en el empleo público y privado y su conservación, exen­ciones y beneficios arancelarios en materia de educación, salud, transportes; subsidios especiales para familias con hijos con capacidades especiales, derechos preferentes para la adquisición, construcción o refacción de viviendas, subsidios es­pe­ciales para evitar el desalojo, etc., determinándose la posibilidad de su acumu­la­ción. Posibilidad de que los montos deducibles como cargas de familia sean mayo­res a las deducciones previstas por la ley de impuesto a las ganancias, si se acredita que los gastos han sido efectivamente realizados por los cónyuges en la manu­ten­ción de los hijos –menores, a cargo o incapacitados para el trabajo – y superan los se­ñalados en dicha ley, así como la exen­ción de dicho tributo en beneficio de las fa­mi­lias numerosas especiales.

- Protección integral de la mujer embarazada y de los derechos de los niños por na­cer.

- Reconocimiento y protección de la dignidad de la mujer.

- Reconocimiento de la maternidad como bien social y personal.

- Atención especial de la mujer en particular en caso de embarazo conflictivo o de ries­go.

- Establecimiento de Centros de Asistencia a la Mujer embarazada.

- Asignaciones especiales para casos de embarazos provenientes de delitos contra la libertad sexual y menores embarazadas en situación de riesgo.

- Reconocimiento del derecho a la vida y de los demás derechos humanos a partir del momento de la concepción.

- Derogación de la ley 26.618, llamada de matrimonio entre personas del mismo sexo.

11:10 | Autor Iglesia Hogar

En su reflexión de esta semana en el programa “Claves para un Mundo Mejor” Mons. Héctor Aguer, Arzobispo de La Plata, recordó que el Episcopado Argentino declaró este Año 2011 como el Año de la Vida y que el pensamiento cristiano exige exponer la verdad y también identificar y refutar los errores. “No solamente debemos proclamar el valor de la vida sino que también debemos señalar los peligros que la acechan y los delitos que pueden cometerse contra ella”.

“Algunos piensan que deberíamos buscar otros modos de comunicar que sean más simpáticos; menos chocantes, presuntamente más positivos”.

“Ante una situación tan grave se requiere más que nunca el valor de mirar de frente a la verdad y de llamar a las cosas por su nombre” (.) “¡Llamar a las cosas por su nombre!”, con el lenguaje del Evangelio. “Cuando es sí, decir sí, y cuando es no, decir no”.

“Así nos enseñó Jesús”, concluyó. “Así ha procedido la Iglesia siempre, sobre todo respecto de esas realidades fundamentales, como los valores no negociables que enumeró Benedicto XVI, el primero de los cuales es el respeto y la defensa de la vida humana desde su concepción hasta su fin natural. Podemos decir que la verdad natural y cristiana sobre la vida es como un vino exquisito y no hay que rebajarlo con soda…”

A continuación el texto completo de la alocución televisiva:

La Conferencia Episcopal Argentina ha señalado el año 2011 como “Año de la Vida”, es decir un periodo particularmente dedicado a profundizar en nuestra conciencia acerca de la dignidad y el valor de la vida humana en toda circunstancia desde la concepción hasta la muerte natural.

Esto significa que no solamente debemos proclamar el valor de la vida sino que también debemos señalar los peligros que la acechan y los delitos que pueden cometerse contra ella.

Es una tradición del pensamiento cristiano que no solamente hay que exponer la verdad también hay que identificar y refutar los errores. Por eso hablando de la vida tenemos que pensar también como se ha ido eclipsando el sentido auténtico de la vida humana.

Lo ha señalado nuevamente el Papa Benedicto XVI, el 26 de febrero pasado, en un discurso a la Asamblea Plenaria de la Pontificia Academia de la Vida.

Es necesario, entonces, tener una clara conciencia de lo que significa el aborto, la eutanasia, la desnutrición infantil, la miseria en la que se ven hundidas tantas familias, las condiciones serviles de trabajo, el abandono y la angustia de la mujer embarazada que ha quedado sola, y tantas otras circunstancias terribles que amenazan la vida o vulneran la dignidad de la persona humana.

Hoy quisiera decirles algo acerca del aborto porque pareciera que no es “políticamente correcto” usar este nombre y señalar la gravedad de su malicia. Algunos piensan que deberíamos buscar otros modos de comunicar que sean más simpáticos; menos chocantes, presuntamente más positivos.

Por eso, me parece oportuno recordar lo que el Magisterio de la Iglesia enseña constantemente, y citar un pasaje de la Encíclica “El Evangelio de la Vida”, que Juan Pablo II publicó en 1995. Van a cumplirse 16 años el próximo 25 de marzo, solemnidad de la Encarnación del Señor y “Día del Niño por nacer”.

Dice el texto: “Entre todos los delitos que el hombre puede cometer contra la vida el aborto procurado presenta características que lo hacen particularmente grave e ignominioso. El Concilio Vaticano II lo define junto con el infanticidio como crímenes nefandos.

Hoy, sin embargo –sigue diciendo Juan Pablo II-, la percepción de su gravedad se ha ido debilitando progresivamente en la conciencia de muchos. La aceptación del aborto en la mentalidad, en las costumbres y en la misma ley es señal evidente de una peligrosísima crisis del sentido moral que es cada vez más incapaz de distinguir entre el bien y el mal, incluso cuando está en juego el derecho fundamental a la vida.

Ante una situación tan grave se requiere más que nunca el valor de mirar de frente a la verdad y de llamar a las cosas por su nombre sin ceder a compromisos de conveniencia o a la tentación de autoengaño. A este propósito resuena categórico el reproche del Profeta: “ay los que llaman al mal bien y al bien mal, que dan oscuridad por luz y luz por oscuridad!”.

Precisamente en el caso del aborto se percibe la difusión de una terminología ambigua como la de “interrupción del embarazo” que tiende a ocultar su verdadera naturaleza y a atenuar su gravedad en la opinión pública. Quizás este mismo fenómeno lingüístico sea síntoma de un malestar de las conciencias pero ninguna palabra puede cambiar la realidad de las cosas. El aborto procurado es la eliminación deliberada y directa, como quiera que se realice, de un ser humano en la fase inicial de su existencia, que va de la concepción al nacimiento (Evangelium Vital, 58).

¡Llamar a las cosas por su nombre!, dice el Papa. Es el lenguaje del Evangelio. Cuando es sí, decir sí, y cuando es no, decir no.

Así nos enseñó Jesús. Así ha procedido la Iglesia siempre, sobre todo respecto de esas realidades fundamentales, como los valores no negociables que enumeró Benedicto XVI, el primero de los cuales es el respeto y la defensa de la vida humana desde su concepción hasta su fin natural. Podemos decir que la verdad natural y cristiana sobre la vida es como un vino exquisito y no hay que rebajarlo con soda…

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NOTIVIDA, Año XI, Nº 750, 5 de marzo de 2011

Editores: Lic. Mónica del Río y Pbro. Dr. Juan C. Sanahuja

Página web: http://www.notivida.org

Email: notivida@notivida.com.ar

13:47 | Autor Iglesia Hogar

El VI Plenario Anual de Jóvenes Abogados de la Federación Argentina de Colegios de Abogados realizado en San Juan con el tema "La desincriminación del aborto en la Argentina", rechazó la despenalización del aborto y manifestó su defensa del derecho a la vida del no nacido.

Advirtió que “los proyectos presentados en el Congreso de la Nación omiten una parte importante: la persona por nacer es un ser humano que no puede defenderse, quitándole a través del aborto el derecho a la vida”, y rechazó “los proyectos que propicien la despenalización del aborto, entendiendo que ninguna causa puede legitimar de manera alguna la muerte directamente provocada de una persona, supuesto que siempre debe ser repudiado por el ordenamiento jurídico y sancionado por este como una conducta criminal”.

3:12 | Autor Iglesia Hogar
Por los escritos del Nuevo Testamento, “y por documentos extra bíblicos incluso de autores paganos, conocemos las persecuciones sufridas desde el comienzo de la difusión del cristianismo. Algunas muy cruentas. La de Nerón, en el siglo I, es su prototipo”, pero hay que distinguir “entre la persecución que un cristiano sufre por un crimen y la que sufre por ser cristiano”. Así lo afirmó monseñor Carmelo Juan Giaquinta, arzobispo emérito de Resistencia, en su reflexión del fin de semana basada en el Sermón de la Montaña, que “abre con el enunciado de las bienaventuranzas, uno de los pasajes evangélicos más característicos, pues rompe toda lógica humana al llamar ‘felices’ a seres que de ordinario causan lástima”.

El prelado destacó la importancia que dicha distinción tiene en la actualidad, ya que por un lado, “la ‘cristianofobia’ creciente, denunciada por Benedicto XVI, nos dice que los cristianos hemos de prepararnos a sufrir persecución cada día más dura. Ya sea cruenta, como sucede hoy en Oriente por parte de grupos fanáticos islámicos. O no cruenta, en Occidente, pero no menos terrible, por parte de un laicismo militante, que pretende destruir todo signo público referido al cristianismo, e incluso privar al cristiano de vivir en la vida civil conforme a su fe, negándole incluso el derecho a la objeción de conciencia. Sin embargo, nunca podremos tildar como persecución la sanción judicial por las fechorías que cometamos. Éstas deben ser sancionadas por la autoridad civil”.

En ese sentido advirtió que no hay “nada más ajeno a un cristiano que disfrazar la iniquidad con el manto de la fe”. Y concluyó con una cita del Apóstol San Pablo: “Tú, que hablas contra el robo, también robas. Tú que condenas el adulterio, también lo cometes. Tú, que aborreces los ídolos, saqueas sus templos. Tú que te glorías en la Ley, deshonras a Dios violando la Ley”. La consecuencia de ello era muy triste: “Por culpa de ustedes, el nombre de Dios es blasfemado entre las naciones”.


Buenos Aires, 31 Ene. 11 (AICA)


11:23 | Autor Iglesia Hogar


NOTIVIDA, Año XI, Nº 748, 5 de febrero de 2011

Ciudad de Buenos Aires

En la línea ideológica del constructivismo ateo surgió, hace décadas, la destructiva “perspectiva de género” que reemplaza la realidad biológica del sexo por el “género” una construcción social histórica cambiante. Esa nueva mirada o “perspectiva” afecta de un modo particular la noción de persona, sexualidad y familia. En ella se fundan leyes como la que en nuestro país legalizó el seudo matrimonio homosexual.

Por eso, parlamentarios de distintos países reunidos en Acción Mundial de Parlamentarios y Gobernantes por la Vida y la Familia, entidad presidida durante sus primeros cuatro años de vida por la senadora argentina Liliana Negre de Alonso, desde ayer presidente honoraria de la entidad, se comprometieron, entre otras cosas, a abogar para que se instaure la “Perspectiva de Familia” en las políticas públicas y en la sociedad, y a denunciar las ayudas al desarrollo y la cooperación condicionadas a la imposición de la “ideología de género”.

El grupo parlamentario que desde ayer preside el diputado español Miguel Ángel Pintado Barbanoj, realizó durante los días 3 y 4 de febrero su III Encuentro Internacional en el Senado argentino con la presencia, entre otros, de legisladores de Italia, Paraguay, España, Brasil, Portugal, El Salvador, Uruguay y México.

Al término del Encuentro los parlamentarios presentes aprobaron por unanimidad la “Declaración de Buenos Aires” que transcribimos completa a continuación:

DECLARACIÓN de BUENOS AIRES

“La Familia y la Vida en la ideología de género”

La constatación de la imposición creciente de la ideología de género en la mayor parte del mundo y sus nocivos efectos en la integridad de la familia y el matrimonio natural; la multiplicación y exaltación del individualismo; la intromisión del Estado en la familia y en los ámbitos íntimos de la vida personal; la pérdida del sentido de lo natural; la injerencia en la soberanía de las naciones; y la separación entre ley y verdad, nos interpelan a:

DECLARAR el firme compromiso de Acción Mundial de Parlamentarios y Gobernantes por la Vida y la Familia, a fin de que:

- Se promueva el derecho a la vida humana desde su concepción, como fundamento esencial de la vida en democracia.

- Se adopte el Enfoque o Perspectiva de Familia como base del ordenamiento jurídico de los Estados.

- Se fomente la promoción y estabilidad del matrimonio, así como el derecho de la familia a ser protegida por la sociedad y el Estado, removiendo las trabas y obstáculos que a diario debe afrontar.

- Se proteja el derecho preferente de los padres a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos, como proclama la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

- Se facilite ejercer el derecho a la maternidad, muy especialmente en aquellos lugares donde las madres se encuentra con grandes obstáculos, así como en aquellas sociedades que poseen tasas de fecundidad por debajo de la indispensable reposición generacional.

- Se exija que las ayudas al desarrollo y la cooperación se produzcan con absoluto respeto a la soberanía de los países receptores.

- Se hará público cuando las ayudas al desarrollo y la cooperación se condicionen imponiendo políticas anti familia o ideología de género.

- Se dará conocimiento de las organizaciones y connacionales que reciban dinero foráneo para impulsar cambios en nuestras normas legales, fomentando acciones contra la vida y la familia.

En todo caso, abogamos porque se instaure el Enfoque o Perspectiva de Familia en las políticas públicas y en la sociedad.

Buenos Aires, 4 de Febrero de 2011

7:31 | Autor Iglesia Hogar






Buenos Aires, 6 de diciembre de 2010.

Hermanos del MFC en la Argentina

Volviendo de nuestra visita a las diócesis de Concordia y Corrientes, con el es­pí­ri­tu regocijado por el encuentro con nuestros hermanos y con la compañía de María en la advocación de Itatí, nos asaltó un pensamiento espiritual que fue cobrando ca­da vez más fuerza a lo largo de los días, clarificado entre los dos.

En los talleres que hemos dado, al hablar de la paternidad dijimos que no sólo exis­te la paternidad biológica y de corazón llevada a cabo por medio de la adopción sino que también existe una ‘paternidad social’ que podemos ejercer en jóvenes de nuestro al­rededor, sean alumnos, amigos de nuestros hijos, sobrinos, vecinos, etc. A raíz de me­di­tar to­das estas ideas nos quedó claro que en la sociedad está faltando la imagen de pa­dres (madre-padre que se amen y reflejen a Dios uno y trino) y que es ur­gente salir a ejer­cer esa ‘paternidad social’ para bien de tanta juventud que necesita ver la belleza del ma­tri­mo­nio y la familia, a través de nuestra imagen, aunque sea im­perfecta.

Entonces se hizo un nuevo click y recordamos que nuestro Secretariado de Jóve­nes se reconoce como de ‘jóvenes en familia’; y dijimos: “Claro, es un grupo juvenil con un ca­risma propio, en el que los dirigentes no son sólo jóvenes sino que siempre hay un ma­trimonio con ganas de ejercer su fecundidad a través de la ‘paternidad so­cial’”.

Por ello –a cuento de que hay otros movimientos que trabajan con jóvenes–, cre­e­mos que tendríamos que esforzarnos por tener grupos de jóvenes en todas nuestras dió­ce­sis y así podríamos atender también a hijos de familias in­com­pletas, irregu­la­res, en­sam­bladas o que tengan ‘padres no funcionales’; y así estaríamos todos tra­ba­jan­do por sanar, suplir, potenciar, edu­car, dar ejemplos a cualquier joven de nuestra queri­da Argentina y no sólo a hijos de emefecistas (que Dios quiera estén como dirigentes en esos grupos).

Próximos ya a la fiesta del Nacimiento de Dios, queremos saludarlos a todos con el deseo de que aparezcan muchos matrimonios que, además de desempeñar es­ta ‘paternidad social’ en toda ocasión que se les presente, estén también dispuestos a ayudar a nuestros jóvenes –prioridad pastoral– aceptando ser guías de los grupos del Secreta­ria­do de Jóvenes.

Que el Niño Jesús, que hace renacer cada año su mensaje de salvación, re­nue­ve en todos el ardor misionero a través de este instrumento de la Iglesia que es el MFC, cuya antorcha, entonces, no ha de apagarse.

Con afecto en la Sagrada Familia de Nazareth e invocando para todos la pro­tección de nuestra Patrona, la Virgen de Fátima, les deseamos una feliz Navidad,

Pablo y Marcela Cavallero

Presidentes nacionales del MFC en la Argentina
4:55 | Autor Iglesia Hogar

El Servicio se viene reuniendo, en la ciudad de Mar del Plata, todos los primeros sábados de mes en la Sede del MFC con un grupo de seis matrimonios y dos señoras.

En la reunión del mes de agosto estaba preparado el tema "La faz legal", tema difícil si los hay, teniendo en cuenta los tiempos que demora la adopción en la actualidad.

En esta oportunidad tuvo la amabilidad de acercarse la Dra. Graciela Varela, Jueza Titular del Juzgado 87 de Familia de la Capital Federal y la Licenciada María Elena Binchuya que es Asistente Social y que, si bien sigue hoy trabajando en la S.I.N.A.F. (Secretaria de Niñez, Adolescencia y Familia) en otra área, estuvo por más de 20 años trabajando a cargo de la de Adopciones.

Ellas fueron aclarando varios conceptos en tanto y en cuanto a las decisiones que se toman desde la Secretaria como desde la justicia.

El hecho de ir compartiendo experiencias de profesionales en el ámbito que a este Servicio le compete permite que los matrimonios o personas solas que nos acompañan tengan un contacto con la realidad que deben enfrentar, lo que redunda en hacer más tangible el acercamiento del Movimiento a la comunidad.

Todo esto sirve para el crecimiento o el acercamiento a la Fe, en la esperanza de que no se encuentran tan solos en la búsqueda de ser, en definitiva, una familia.

También en esta reunión tuvimos la visita de Eduardo Loderer, quien preside junto a Teresa –su esposa- el Movimiento en la Arquidiócesis de Buenos Aires.

RECORDEMOS: “ Fundamental: siempre con la verdad para responder a lo que el nuestros hijos nos pregunten, no anticipándonos a sus requerimientos”.

Diana y Marcelo Sabate - Servicio de Apoyo a la Adopción


7:26 | Autor Iglesia Hogar


En el “Fiuggi Family Festival”, los riesgos y oportunidades de las nuevas tecnologías

Por Antonio Gaspari

ROMA, miércoles 28 de julio de 2010 (ZENIT.org).- Vivimos en una época de plena revolución telemática. Las nuevas generaciones utilizan con facilidad internet y los móviles. Se conectan, se intercambian mensajes, informaciones, fotos, vídeos.

Y los padres están desorientados; muchos temen por los riesgos relacionados con la utilización de las nuevas tecnologías.

Precisamente para debatir sobre los límites y oportunidades de internet y de los móviles, el Fiuggi Family Festival organizó el lunes 26 de julio el congreso Science day: Internet en Familia.

El encuentro estuvo organizado en colaboración con el Instituto de Informática y Telemática del Consejo Nacional de Investigación italiano (IIT-CNR).

Introducido y moderado por el jefe de la oficina de prensa del CNR, Marco Ferrazzoli, el encuentro ilustró a los asistentes las características de la revolución tecnológica en curso.

El responsable del grupo de seguridad de IIT-CNR, Maurizio Martinelli, repasó la historia de internet, recorriendo las etapas de una tecnología que en 1974 se llamaba ARPANET y contaba con unos 52 centros de enlace.

Entre siglas como DNS (Domain Name System), TLD (Top Level Domain), ICANN y GAL ecc., Martinelli explicó con qué velocidad y cómo se desarrolló la revolución telemática.

Se habló también de las redes sociales, con sus grandes oportunidades para multiplicar el conocimiento y las relaciones, pero también los riesgos de sistemas que ponen a disposición de todos imágenes e informaciones no autorizadas.

Tras referirse a las múltiples oportunidades de los nuevos teléfonos móviles, Fabil Martinelli precisó también sus riesgos.

Por eso presentó iCareMobile, un software elaborado por el Instituto de Informática y Telemática del CNR para proteger los teléfonos de última generación de contenidos inapropiados y aplicaciones dañinas. Todo para mejorar la seguridad de los menores que navegan por la red.

ICareMobile es un software que permite el control -total y personalizado- de las funciones de los modernos teléfonos móviles, protegiendo a los jóvenes y a los niños de ataques externos y de usos indebidos.

Martinelli recordó que los móviles de última generación, los llamados inteligentes, permiten a los usuarios estar siempre conectados a la red internet.

“La facilidad de uso y la masiva difusión de aplicaciones por chat, redes sociales y file-sharing -precisó- los han hecho muy populares entre los jóvenes, pero también entre los niños, favoreciendo la difusión de fotos y videos no aptos para menores”.

Martinelli reveló que “las tecnologías de seguridad disponibles para la protección de los dispositivos móviles de esos contenidos son actualmente insuficientes, cuesta configurarlas y están poco preparadas para adaptar la protección a las necesidades específicas del usuario”.

Según el experto en seguridad, con iCareMobile “es posible tener un control casi total del dispositivo, disfrutando en clave defensiva de esas características técnicas evolucionadas (GPS, Bluetooth, MMS, conexión a internet) que aparentemente representan la fuente principal de peligro para un smartphone”.

“Las reglas de comportamiento que hoy podemos sólo sugerir a nuestros hijos que sigan se transformarán automáticamente en sistemas de seguridad”, añadió.

“El software procederá, por ejemplo, a enviar un SMS al padre si el hijo se aleja de la escuela, o podrán aplicarse controles como 'no recibir mensajes que contengan material pornográfico o no adecuado' o 'no ejecutar videojuegos en determinados horarios'”, explicó.

Respecto a otros productos análogos que se comercializan actualmente, el sistema se diferencia por la alta facilidad de configuración, eficiencia y flexibilidad de los controles utilizados por los padres, así como por la capacidad de reconocer imágenes de carácter pornográfico directamente en el móvil en lugar de a través de la red del operador.

Esto resulta más económico y garantiza, por ejemplo, la posibilidad de controlar las imágenes tomadas directamente desde la cámara de fotos o recibidas a través de canales locales como el Bluetooth.

Martinelli concluyó afirmando que “iCareMobile es un verdadero apoyo a la tutela de los niños de los peligros de la red y del uso inapropiado del móvil que evidentemente podrá ayudar pero no sustituir la acción de diálogo y control de padres y educadores”.



[Traducción del italiano por Patricia Navas]
4:13 | Autor Iglesia Hogar

Buenos Aires, 5 Jul. 10 (AICA)

Monseñor Antonio Marino, obispo auxiliar de La Plata

Monseñor Antonio Marino, obispo auxiliar de La Plata
“El matrimonio es la unión fiel, exclusiva y duradera de varón y mujer, para la mutua realización y plenificación personal y para la transmisión de la vida humana. Esta unión responde a la condición sexuada del ser humano, varón y mujer”.

Estos simples pero rotundos conceptos forman parte de las declaraciones efectuadas por monseñor Antonio Marino, obispo auxiliar de La Plata, durante una entrevista con AICA.

Monseñor Marino preside la comisión “ad hoc” de la Conferencia Episcopal para el seguimiento de los proyectos legislativos, y tiene la misión de realizar una tarea aclaratoria ante los legisladores, tarea que está cumpliendo intensamente con relación al tratamiento legislativo del proyecto de ley sobre la legalización de la convivencia entre personas del mismo sexo a la que se pretende llamar equívocamente matrimonio. Texto de la entrevista.

-Monseñor, en algunas publicaciones y en comentarios televisivos se dijo: ¿Qué daño te hace que dos hombres que se quieren se casen? Basta con que vos no hagas lo mismo, si eso no te convence. ¿Qué piensa usted acerca de esta posición?
-Preguntar qué daño hace la redefinición del matrimonio según la norma homosexual, es invertir la carga de la prueba. Para todos los ciudadanos, el que quiere acceder a un régimen especial de protección (p.ej. un subsidio o una sociedad determinada), tiene que explicar las razones por las cuales es beneficioso que el Estado se lo dé. El matrimonio es una sociedad privilegiada por el Estado por los fines sociales que cumple (asistencia recíproca, educación de los niños, transmisión de las tradiciones culturales, perpetuación de la especie). En realidad, corresponde a quienes solicitan la redefinición del matrimonio justificar que tienen las mismas características y por lo tanto pueden otorgar los mismos beneficios.

De todas formas, es conveniente saber que en los países en los que se redefinió el matrimonio según la norma homosexual, la institución matrimonial heterosexual se vio severamente perjudicada. La tasa de personas heterosexuales que contraen matrimonio descendió radicalmente. Y los homosexuales que contraen ese llamado “matrimonio” son apenas del 1,5% al 3% de la población homosexual total (aproximadamente el 0,5% de la sociedad, con cifras variables según el caso). Quiere decir que redefinir al matrimonio imponiéndole una definición homosexual causa daño a la institución heterosexual.

También causa daños a los hijos. El lugar para que un niño acceda a su derecho al desarrollo integral es el hogar conyugal estable y sano entre marido y mujer. A partir de la redefinición homosexual del matrimonio, se ha incrementado radicalmente la tasa de niños nacidos fuera del matrimonio. Los niños nacidos fuera del matrimonio se ven expuestos a mayor inestabilidad en las relaciones de sus padres, lo que les causa discapacidades psicológicas. Los niños crecidos sin alguna de las dos figuras materna o paterna, también tienen trastornos psicológicos. En síntesis, si el activismo homosexual tiene éxito en imponer la definición homosexual del matrimonio, también los niños se verán perjudicados.

-Se dice también que hay que respetar el derecho a la privacidad. El Estado no puede ingresar en el fuero privado de las personas, porque éste pertenece a Dios y a su conciencia. ¿Es esto así?
-Es verdad que el Estado no puede ingresar en el fuero privado de las conciencias de las personas. Tampoco puede ingresar en sus prácticas y elecciones sexuales. Pero esa privacidad ya se respeta ahora. Si ellos quieren, pueden unirse, relacionarse y convivir sin que el Estado intervenga.

Otra cosa muy distinta es pretender que el Estado redefina la institución heterosexual del matrimonio. Eso no es una pretensión de respeto a la privacidad, sino una invasión de la esfera pública y la imposición de su definición de matrimonio a las parejas heterosexuales. Es decir, que aquí no estamos discutiendo el derecho a la privacidad, sino la pretensión de publicidad de sus uniones.

-¿Qué piensa usted sobre la afirmación de que es discriminatorio negar el derecho a “casarse” a personas del mismo sexo?
-El derecho a casarse no es un derecho universal, sino que está constreñido a ciertas restricciones en beneficio de la finalidad de la institución matrimonial. Todas las personas (también las que practican la homosexualidad) tienen derecho a casarse. Pero tienen que cumplir con las formalidades de la institución, a saber: el matrimonio tiene que ser entre varón y mujer, no puede ser entre hermanos, hijos o padres, el consentimiento tiene que ser libre y prestado ante un agente público, etc. No se discrimina a los hijos porque no puedan casarse con su padre. Tampoco se discrimina a los homosexuales porque no puedan casarse entre sí.

-¿Por qué, entonces, a quienes no están de acuerdo con el llamado “matrimonio” de homosexuales se los tacha de intolerantes?
-A mí me parece que hay que aprender a convivir con la diferencia. Yo creo que las personas que practican la homosexualidad, por esa sola razón, están acostumbrados a respetar lo que es distinto. Pero los activistas, tal vez sean intolerantes: parece no pueden convivir con las instituciones de los heterosexuales y necesitan redefinirlas imponiendo la norma homosexual a los heterosexuales.

Habría que preguntar si los activistas son verdaderamente representativos de las personas que practican la homosexualidad. Porque sucede una cosa muy curiosa: una vez que se aprueba el matrimonio sólo del 3 al 5% de las personas que se reconocen homosexuales se casan. Eso quiere decir que los activistas no representa al amplísimo sector del 95 al 97% de la comunidad homosexual. Lo que significa que el dicho “matrimonio” no interesa a la casi totalidad de los homosexuales.

Entonces, tal vez sean los activistas y no las personas que practican la homosexualidad, los que no toleren convivir con las instituciones de los heterosexuales y buscan imponer su definición homosexual del matrimonio. No se entiende por qué no se puede respetar lo distinto.

-¿Cree usted que es inconstitucional aprobar el matrimonio entre personas del mismo sexo?
-Sí, y la Argentina podría incurrir en responsabilidad internacional. Los Tratados internacionales que integran la Constitución Nacional, siempre aplican los derechos humanos a las “personas”. En cambio, al referirse al matrimonio, los tratados internacionales constitucionalizados se refieren al “hombre y la mujer”. Luego, no sólo no existe un derecho humano vinculante respecto del derecho al matrimonio de personas del mismo sexo, sino que la Argentina podría violar el derecho constitucional si aprobara una norma de este tipo.

No hay ninguna legislación internacional de ningún tipo (ni recomendaciones, ni fallos) que ordenen redefinir el matrimonio imponiendo la norma homosexual a los heterosexuales. Sí hay recomendaciones de no discriminar a las personas por orientación sexual, pero éstas no incluyen la obligación de abolir el matrimonio heterosexual y redefinirlo, sino que son respetuosas de la diferencia.

-¿Porqué habla de “redefinición” del matrimonio, cuando en realidad simplemente se trata de ampliar la base de personas que pueden contraerlo?
-El matrimonio es la unión permanente y exclusiva entre un varón y una mujer. De él surgen los deberes de cohabitación, fidelidad y asistencia mutua. Estos valores del matrimonio entre personas heterosexuales no se verifican en las uniones homosexuales, que son sustancialmente distintas.

En las uniones homosexuales es muy difícil la exclusividad y la fidelidad. Las personas que se encuentran en uniones o “matrimonios” homosexuales, tienen hasta 8 parejas por año y hasta 500 en toda la vida, según diversos estudios. Son parejas abiertas, que no viven la exclusividad. Por eso, en caso de que se impusiera la norma homosexual, habría que suprimir el valor de exclusividad de los matrimonios en tanto que institución heterosexual.

En las uniones homosexuales no hay permanencia. La duración es aproximadamente y en promedio de 1,5 años a 3, según los distintos estudios. Esto las hace constitutivamente inestables. Por eso, si los activistas redefinieran la institución matrimonial, habría que suprimir la estabilidad, que tanto bien causa a los niños en su desarrollo.

Son más violentas. Las uniones de homosexuales son 30 veces más violentas que el matrimonio entre personas heterosexuales. Las personas que practican la homosexualidad padecen de más ansiedad, tienen más tendencia al suicidio, y consumen con más frecuencia estupefacientes. Esto las hace menos amigables a los niños y menos beneficiosas para el Estado.

-Otra de las exigencias de los activistas homosexuales es la de tener derecho de adoptar niños. ¿Es legítima esta exigencia?
-El Estado tiene interés en el matrimonio porque cumple fines reproductivos y educativos en virtud de sus notas especiales de estabilidad, funcionalidad y exclusión de la promiscuidad; en beneficio de un crecimiento óptimo de los niños. Es lógico que las uniones entre personas del mismo sexo, al no cumplir los mismos roles, no tengan los mismos beneficios del Estado.

Para el desarrollo pleno de su identidad relacional y psíquica el niño requiere un padre y una madre; no dos madres o dos padres. Para los niños es traumático crecer sin un padre y tiene efectos gravemente nocivos ya comprobados por muchos estudios concordantes. También es muy traumático crecer sin una madre.

Un niño no es un medio para que los adultos sean felices, es un fin en sí mismo. Si un niño necesita madre y padre, privarlo por egoísmo adultocéntrico es contrario a la primacía de los derechos de los niños por sobre los de los adultos.

Es verdad que hay estudios contradictorios sobre los efectos de la crianza entre personas del mismo sexo. Pero si hay estudios contradictorios, entonces es que no está claro. Y si no está claro, no se puede hacer experimentos sociales con los niños.

-El matrimonio es una construcción cultural y ha ido cambiando a lo largo de la historia e incluso algunas sociedades aceptan la poligamia. Los partidarios del proyecto de ley que se está debatiendo reclaman: ¿Por qué no aceptar ahora el cambio e incluir como “matrimonio” a las uniones homosexuales”?
-Sí, es una alternativa. También podemos empezar a llamar sillas a las mesas o puertas a las paredes. Pero la alternativa que proponen los activistas homosexuales parte de la base de no tolerar la diferencia. ¿Cuál es el problema de convivir con lo que es diferente? Nadie impide a las constitutivamente distintas uniones entre personas del mismo sexo que sucedan. Cada uno puede privadamente obrar según su conciencia. Lo que no se puede, es abolir y aniquilar por intolerancia lo que es diferente.

Por otra parte, en la historia de las civilizaciones nunca se pretendió llamar matrimonio a las uniones de dos personas del mismo sexo.

-Si se define al matrimonio a partir de su finalidad procreativa, ¿pueden formar un matrimonio un varón y una mujer que no pueden tener hijos?
-Claro, mucha gente sostiene este punto. La finalidad procreativa del matrimonio supone la posibilidad física que tienen varón y mujer de copular procreativamente, no que de hecho dicho acto se practique. Hablar de la apertura a la transmisión de la vida del matrimonio es reconocer el dato que aporta la biología. Es obvio que las personas que se casan después de una determinada edad no pueden tener hijos, o que muchas parejas desearían tenerlos y no pueden, pero existe una analogía: la cópula que hipotéticamente (dadas las circunstancias) podría producir la filiación es posible entre ellos. En cambio, no es posible entre dos hombres y dos mujeres.

El acto de unión conyugal entre varón y mujer, de suyo, está abierto a la vida, aún cuando por alguna circunstancia la procreación no ocurra.

-En definitiva, ¿qué es el matrimonio? ¿Por qué el matrimonio es solo entre varón y mujer?
-El matrimonio es la unión fiel, exclusiva y duradera de varón y mujer, para la mutua realización y plenificación personal y para la transmisión de la vida humana. Esta unión responde a la condición sexuada del ser humano, varón y mujer. En tal distinción de los sexos encontramos una riqueza que nos habla del carácter relacional de toda persona, de que no somos seres cerrados en nosotros mismos sino abiertos al encuentro con el otro, que nos plenifica y se abre a la vida. Al querer redefinir el matrimonio, estamos borrando la riqueza de la diversidad sexual y su complementariedad. Le enseñamos a las futuras generaciones que la mujer o el varón son prescindibles para la familia.

Por eso, detrás de la afirmación de que el matrimonio es entre varón y mujer subyace un principio antropológico fundamental: la complementariedad entre lo masculino y femenino se expresa en esa institución que es el matrimonio, que expresa la mutua donación para toda la vida y que, por la garantía que ofrece esa mutua donación, es el ámbito propio y exclusivo para la unión sexual, que de suyo los une y está abierta a la vida.

-¿En qué se relaciona el matrimonio con la ley natural? ¿Por qué redefinir el matrimonio a partir de las uniones de homosexuales es contrario a la ley natural?
-La naturaleza del hombre es sexuada. De esa naturaleza surge una inclinación espontánea del hombre a unirse con una mujer y preservar de esa manera la especie humana. Los padres naturalmente tienden a cuidar a sus hijos y educarlos. De esta unión de hombre y mujer, perdurable y exclusiva para la óptima educación de los hijos, nace la institución natural del matrimonio. El matrimonio es de "ley natural", porque expresa una dimensión constitutiva de la naturaleza humana.

La tradición clásica del pensamiento llama "ley natural" a aquella norma de conducta que expresa esas inclinaciones espontáneas que surgen de la naturaleza humana. Esas leyes naturales están orientadas hacia el fin del hombre. Si el hombre vive según su naturaleza, se plenifica y es feliz. Si el hombre contraría su naturaleza, muchas veces sufre y se siente incompleto: o bien se deshumaniza o se sobrehumaniza (cuando sucede una renuncia en orden a ideales más altos).

La ley natural se refiere a bienes que no son disponibles por el legislador, porque la naturaleza humana escapa a la potestad del legislador. Por más que el legislador dijera que el ser humano es algo que no es (por ejemplo, cuadrúpedo); el hombre seguiría siendo lo que es (en el ejemplo, bípedo). El hombre es lo que es y la ley no puede desfigurar ese dato. Ni siquiera la totalidad de los legisladores pueden modificar la naturaleza del hombre.

De ahí que el matrimonio, constituyendo una institución natural regida por la ley natural en orden al fin del hombre y el bien común de la sociedad, sea indisponible para el legislador.+
10:15 | Autor Iglesia Hogar

Declaración de la 99ª Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Argentina

Al pueblo de Dios y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad.

1. Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad (cf. 1 Tm 2,4). Por eso estableció con el hombre un diálogo de salvación, que culminó en el encuentro con Jesucristo, Señor nuestro y compañero de camino. La Iglesia está llamada a extender este diálogo a la convivencia humana. El diálogo para ser fecundo debe ser claro, afable, sencillo y confiado. Todo esto lleva implícito el respeto a la persona que vive, siente y piensa de un modo diferente. Todos estamos llamados al amor de Dios. La claridad del diálogo exige un discernimiento en orden a reconocer la verdad, sobre la cual los pastores no podemos callar. Esto no supone menosprecio ni discriminación.

2. El ser humano ha sido creado a imagen de Dios. Esta imagen se refleja no sólo en la persona individual, sino que se proyecta en la complementariedad y reciprocidad del varón y la mujer, en la común dignidad, y en la unidad indisoluble de los dos, llamada desde siempre matrimonio. El matrimonio es la forma de vida en la que se realiza una comunión singular de personas, y ella otorga sentido plenamente humano al ejercicio de la función sexual. A la naturaleza misma del matrimonio pertenecen las cualidades mencionadas de distinción, complementariedad y reciprocidad de los sexos, y la riqueza admirable de su fecundidad. El matrimonio es un don de la creación. No hay una realidad análoga que se le pueda igualar. No es una unión cualquiera entre personas; tiene características propias e irrenunciables, que hacen del matrimonio la base de la familia y de la sociedad. Así fue reconocido en las grandes culturas del mundo. Así lo reconocen los tratados internacionales asumidos en nuestra Constitución Nacional (cf. art. 75, inc. 22). Así lo ha entendido siempre nuestro pueblo.

3. Corresponde a la autoridad pública tutelar el matrimonio entre el varón y la mujer con la protección de las leyes, para asegurar y favorecer su función irreemplazable y su contribución al bien común de la sociedad. Si se otorgase un reconocimiento legal a la unión entre personas del mismo sexo, o se las pusiera en un plano jurídico análogo al del matrimonio y la familia, el Estado actuaría erróneamente y entraría en contradicción con sus propios deberes al alterar los principios de la ley natural y del ordenamiento público de la sociedad argentina.

4. La unión de personas del mismo sexo carece de los elementos biológicos y antropológicos propios del matrimonio y de la familia. Está ausente de ella la dimensión conyugal y la apertura a la transmisión de la vida. En cambio, el matrimonio y la familia que se funda en él, es el hogar de las nuevas generaciones humanas. Desde su concepción, los niños tienen derecho inalienable a desarrollarse en el seno de sus madres, a nacer y crecer en el ámbito natural del matrimonio. En la vida familiar y en la relación con su padre y su madre, los niños descubren su propia identidad y alcanzan la autonomía personal.

5. Constatar una diferencia real no es discriminar. La naturaleza no discrimina cuando nos hace varón o mujer. Nuestro Código Civil no discrimina cuando exige el requisito de ser varón y mujer para contraer matrimonio; sólo reconoce una realidad natural. Las situaciones jurídicas de interés recíproco entre personas del mismo sexo pueden ser suficientemente tuteladas por el derecho común. Por consiguiente, sería una discriminación injusta contra el matrimonio y la familia otorgar al hecho privado de la unión entre personas del mismo sexo un estatuto de derecho público.

6. Apelamos a la conciencia de nuestros legisladores para que, al decidir sobreuna cuesti ón de tanta gravedad, tengan en cuenta estas verdades fundamentales, para el bien de la Patria y de sus futuras generaciones.

7. En este clima pascual, y al iniciar el sexenio 2010-2016 del Bicentenario de la Patria, exhortamos a nuestros fieles a orar intensamente a Dios Nuestro Señor para que ilumine a nuestros gobernantes y especialmente a los legisladores. Les pedimos también que no vacilen en expresarse en la defensa y promoción de los grandes valores que forjaron nuestra nacionalidad y constituyen la esperanza de la Patria.

99ª Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Argentina
Pilar, El Cenáculo, 20 de abril de 2010
10:04 | Autor Iglesia Hogar


QUERIDOS HERMANOS EMEFECISTAS


CON ESTA FRASE NOS UNIMOS EN UN PENSAMIENTO COMÚN:



No basta saber,
se debe tambien aplicar;
No es suficiente querer,
se debe también hacer.


Que tengan un buen dia!!!!
20:24 | Autor Iglesia Hogar

QUERIDOS HERMANOS EMEFECISTAS

CON ESTA FRASE NOS UNIMOS EN UN PENSAMIENTO COMÚN:

ROMPE TUS PECADOS CON OBRAS DE JUSTICIA Y TUS INIQUIDADES

CON MISERICORDIA PARA CON LOS POBRES, PARA QUE TU VENTURA

SEA LARGA
.

Dn.4, 24b

8:12 | Autor Iglesia Hogar


“Y porque somos sus colaboradores, los exhortamos a no recibir en vano la gracia de Dios”. ( 2 Cor 6,2)

Una de las cosas más desgastantes que nos puede suceder es caer en las garras del acostumbramiento. Tanto a lo bueno como a lo malo. Cuando el esposo o la esposa se acostumbra al cariño y a la familia, entonces se deja de valorar, de dar gracias y de cuidar delicadamente lo que se tiene. Cuando nos acostumbramos al regalo de la fe, la vida cristiana se hace rutina, repetición, no da sentido a la vida, deja de ser fermento. El acostumbramiento es un freno, un callo que aprisiona al corazón, vamos “tirando” y perdemos la capacidad de “mirar bien” y dar respuesta.
¡Estamos en riesgo!. Como sociedad poco a poco nos hemos acostumbrado a oír y a ver, a través de los medios de comunicación, la crónica negra de cada día; y lo que aún es peor, también nos acostumbramos a tocarla y a sentirla a nuestro alrededor sin que nos produzca nada o, a lo sumo, un comentario superficial y descomprometido. La llaga está en la calle, en el barrio, en nuestra casa, sin embargo, como ciegos y sordos convivimos con la violencia que mata, destruye familias y barrios, aviva guerras y conflictos en tantos lugares, y la miramos como una película más.



El sufrimiento de tantos inocentes y pacíficos dejó de cachetearnos, el desprecio a los derechos de las personas y de los pueblos, la pobreza y la miseria, el imperio de la corrupción, de la droga asesina, de la prostitución obligada e infantil pasaron a ser moneda corriente, y pagamos sin pedir recibo aunque tarde o temprano se nos va a pasar la factura.
Todas estas realidades, y muchas más, no son mudas, nos gritan a cada uno de nosotros y nos hablan de nuestra limitación, de nuestra debilidad, de nuestro pecado… a pesar de que “nos hayamos acostumbrado”.


El acostumbramiento nos dice seductoramente que no tiene sentido tratar de cambiar algo, que no podemos hacer nada frente a esta situación, que siempre ha sido así y que sin embargo sobrevivimos. Por el acostumbramiento, dejamos de resistirnos permitiendo que las cosas “sean lo que son”, o lo que algunos han decidido que “sean”.
La Cuaresma, providencialmente, viene a despabilarnos, a pegarnos un sacudón en nuestra modorra, en nuestro andar por inercia. Las palabras de Joel son una clara invitación: vuelvan a Dios. ¿Por qué? Porque algo no va bien en nosotros mismos, en la sociedad o en la Iglesia, y necesitamos cambiar, dar un viraje, convertirnos. Sí es posible algo nuevo, sencillamente porque nuestro Dios fiel sigue siendo rico en bondad y misericordia y está siempre dispuesto a perdonar y empezar de nuevo.

Somos invitados a emprender un camino cuaresmal, un camino que incluye la cruz y la renuncia, camino de penitencia real y no superficial, de un ayuno de corazón y no por la ocasión - “Desgarren su corazón y no sus vestiduras” - (Joel 2, 12)
Un camino en el cual, desafiando el acostumbramiento abramos bien los ojos y los oídos, pero sobre todo el corazón para dejarnos “descolocar” por lo que sucede a nuestro alrededor. Cuando miramos con hondura y no nos damos respuestas prearmadas, la vida de nuestros hermanos con sus angustias y esperanzas nos va descolocando y nos pone en un lugar distinto no exento de riesgos. Pero sólo así, ahí, cuando su sufrimiento nos toque hiriéndonos y el sentimiento de impotencia se haga más profundo y nos duela, encontraremos nuestro camino real hacia la pascua. – “A aquel que no conoció el pecado, Dios lo identificó con el pecado en favor nuestro, a fin de que nosotros seamos justificados por él”- (2 Cor 5,21)


Sólo como un signo de lo que debe ser nuestra actitud vital de discípulos a lo largo de todo el año se inscribe el gesto Solidario de Cuaresma que realizamos en la Arquidiócesis desde hace varios años. Entrenar el corazón para no mutilar nuestra capacidad de asombro y de dolor; para que la realidad no nos sea indiferente y podamos con gestos concretos experimentar que no “hemos recibido en vano la gracia de Dios”.


Así como lo dije en la Misa por las víctimas del terremoto en Haití, le pedimos a la Virgen que se meta en nuestro corazón, nos señale tantos dolores y nos empuje a hacer oración, penitencia, limosna, despojo de algo que nos guste o que tengamos en favor de Jesús en los demás.
Y recemos unos por otros para que el ejercicio del amor al prójimo nos haga crecer en el amor a Dios, a quien buscamos desde nuestro corazón, a quien adoramos y con quien queremos encontrarnos.
Afectuosamente,

Cardenal Jorge Mario Bergoglio s.j.
Arzobispo de Buenos Aires

Buenos Aires, 17 fe febrero de 2010

17:06 | Autor Iglesia Hogar


La espiritualidad conyugal será ese proceso por el que el hombre viejo tiende a morir. De la muerte de ese yo, del tuyo y del mío, surgirá el nosotros, la comunión de amor entre los esposos, cuya fuerza es el mismo Dios, y de este nosotros nacerán un hombre nuevo y una mujer nueva, un nuevo ser en plenitud