7:31 | Autor Iglesia Hogar






Buenos Aires, 6 de diciembre de 2010.

Hermanos del MFC en la Argentina

Volviendo de nuestra visita a las diócesis de Concordia y Corrientes, con el es­pí­ri­tu regocijado por el encuentro con nuestros hermanos y con la compañía de María en la advocación de Itatí, nos asaltó un pensamiento espiritual que fue cobrando ca­da vez más fuerza a lo largo de los días, clarificado entre los dos.

En los talleres que hemos dado, al hablar de la paternidad dijimos que no sólo exis­te la paternidad biológica y de corazón llevada a cabo por medio de la adopción sino que también existe una ‘paternidad social’ que podemos ejercer en jóvenes de nuestro al­rededor, sean alumnos, amigos de nuestros hijos, sobrinos, vecinos, etc. A raíz de me­di­tar to­das estas ideas nos quedó claro que en la sociedad está faltando la imagen de pa­dres (madre-padre que se amen y reflejen a Dios uno y trino) y que es ur­gente salir a ejer­cer esa ‘paternidad social’ para bien de tanta juventud que necesita ver la belleza del ma­tri­mo­nio y la familia, a través de nuestra imagen, aunque sea im­perfecta.

Entonces se hizo un nuevo click y recordamos que nuestro Secretariado de Jóve­nes se reconoce como de ‘jóvenes en familia’; y dijimos: “Claro, es un grupo juvenil con un ca­risma propio, en el que los dirigentes no son sólo jóvenes sino que siempre hay un ma­trimonio con ganas de ejercer su fecundidad a través de la ‘paternidad so­cial’”.

Por ello –a cuento de que hay otros movimientos que trabajan con jóvenes–, cre­e­mos que tendríamos que esforzarnos por tener grupos de jóvenes en todas nuestras dió­ce­sis y así podríamos atender también a hijos de familias in­com­pletas, irregu­la­res, en­sam­bladas o que tengan ‘padres no funcionales’; y así estaríamos todos tra­ba­jan­do por sanar, suplir, potenciar, edu­car, dar ejemplos a cualquier joven de nuestra queri­da Argentina y no sólo a hijos de emefecistas (que Dios quiera estén como dirigentes en esos grupos).

Próximos ya a la fiesta del Nacimiento de Dios, queremos saludarlos a todos con el deseo de que aparezcan muchos matrimonios que, además de desempeñar es­ta ‘paternidad social’ en toda ocasión que se les presente, estén también dispuestos a ayudar a nuestros jóvenes –prioridad pastoral– aceptando ser guías de los grupos del Secreta­ria­do de Jóvenes.

Que el Niño Jesús, que hace renacer cada año su mensaje de salvación, re­nue­ve en todos el ardor misionero a través de este instrumento de la Iglesia que es el MFC, cuya antorcha, entonces, no ha de apagarse.

Con afecto en la Sagrada Familia de Nazareth e invocando para todos la pro­tección de nuestra Patrona, la Virgen de Fátima, les deseamos una feliz Navidad,

Pablo y Marcela Cavallero

Presidentes nacionales del MFC en la Argentina
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