9:18 | Autor Iglesia Hogar

La familia, comunidad de amor al servicio de la vida
Mar del Plata, miércoles 28 de abril de 2010



INVITACIÓN ACTO MASIVO DEL CONGRESO

Queridos hermanos y hermanas: Nos vamos acercando a la recta final en la preparación para el Congreso Diocesano de la Familia que, Dios mediante, celebraremos desde el 21 al 23 de mayo. El Congreso es una instancia de participación de todos a través de los delegados de cada una de las comunidades de la Diócesis.En el marco del Congreso habrá un ámbito de participación masiva a la que se invita abiertamente a todas las personas que lo deseen. Se trata de la Marcha, la Vigilia y la Eucaristía que celebraremos el sábado por la tarde y la noche.


Se invita, por lo tanto, a concentrarse el sábado 22 de mayo a las 18.30 hs. enfrente de la Capilla Santa Cecilia (Córdoba entre 9 de Julio y 3 de Febrero de la ciudad de Mar del Plata). De allí realizaremos una Marcha por las calles del centro de la ciudad expresando con alegría la belleza de la familia. Llegaremos a la Iglesia Catedral donde compartiremos una Vigilia de oración preparándonos para la venida del Espíritu Santo. Concluiremos nuestra celebración con la Eucaristía presidida por nuestro Obispo en la misma Iglesia Catedral.



La finalización está prevista para las 21.30 hs.Es importante que todos los sacerdotes, directivos, dirigentes laicales y responsables de comunidades inviten ardientemente a todos los que puedan participar en este acto religioso y celebrativo de nuestra Iglesia Particular. Para las zonas pastorales del interior de la Diócesis que lo deseen, les podemos ofrecer el esquema de contenidos y oraciones de la Marcha y la Vigilia por si lo quieren utilizar en sus respectivas parroquias con las convenientes adaptaciones. Estará listo el martes 18 de mayo y lo pueden solicitar a Iglesia Catedral: 0223-495-0395 o catedral@iglesiamdp.org.ar


Habiendo pasado más de diez días del cierre de la inscripción, todavía faltan los datos de un 35 % de las comunidades de la Diócesis. De más está decirles que les rogamos a todos los responsables de comunidad que realicen la inscripción y los pagos lo antes posible a través de los medios ya indicados.


Sigamos orando y anunciando con alegría el Evangelio de la Familia.

P. Gabriel Mestre
Comisión Congreso Familia 2010
10:15 | Autor Iglesia Hogar

Declaración de la 99ª Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Argentina

Al pueblo de Dios y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad.

1. Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad (cf. 1 Tm 2,4). Por eso estableció con el hombre un diálogo de salvación, que culminó en el encuentro con Jesucristo, Señor nuestro y compañero de camino. La Iglesia está llamada a extender este diálogo a la convivencia humana. El diálogo para ser fecundo debe ser claro, afable, sencillo y confiado. Todo esto lleva implícito el respeto a la persona que vive, siente y piensa de un modo diferente. Todos estamos llamados al amor de Dios. La claridad del diálogo exige un discernimiento en orden a reconocer la verdad, sobre la cual los pastores no podemos callar. Esto no supone menosprecio ni discriminación.

2. El ser humano ha sido creado a imagen de Dios. Esta imagen se refleja no sólo en la persona individual, sino que se proyecta en la complementariedad y reciprocidad del varón y la mujer, en la común dignidad, y en la unidad indisoluble de los dos, llamada desde siempre matrimonio. El matrimonio es la forma de vida en la que se realiza una comunión singular de personas, y ella otorga sentido plenamente humano al ejercicio de la función sexual. A la naturaleza misma del matrimonio pertenecen las cualidades mencionadas de distinción, complementariedad y reciprocidad de los sexos, y la riqueza admirable de su fecundidad. El matrimonio es un don de la creación. No hay una realidad análoga que se le pueda igualar. No es una unión cualquiera entre personas; tiene características propias e irrenunciables, que hacen del matrimonio la base de la familia y de la sociedad. Así fue reconocido en las grandes culturas del mundo. Así lo reconocen los tratados internacionales asumidos en nuestra Constitución Nacional (cf. art. 75, inc. 22). Así lo ha entendido siempre nuestro pueblo.

3. Corresponde a la autoridad pública tutelar el matrimonio entre el varón y la mujer con la protección de las leyes, para asegurar y favorecer su función irreemplazable y su contribución al bien común de la sociedad. Si se otorgase un reconocimiento legal a la unión entre personas del mismo sexo, o se las pusiera en un plano jurídico análogo al del matrimonio y la familia, el Estado actuaría erróneamente y entraría en contradicción con sus propios deberes al alterar los principios de la ley natural y del ordenamiento público de la sociedad argentina.

4. La unión de personas del mismo sexo carece de los elementos biológicos y antropológicos propios del matrimonio y de la familia. Está ausente de ella la dimensión conyugal y la apertura a la transmisión de la vida. En cambio, el matrimonio y la familia que se funda en él, es el hogar de las nuevas generaciones humanas. Desde su concepción, los niños tienen derecho inalienable a desarrollarse en el seno de sus madres, a nacer y crecer en el ámbito natural del matrimonio. En la vida familiar y en la relación con su padre y su madre, los niños descubren su propia identidad y alcanzan la autonomía personal.

5. Constatar una diferencia real no es discriminar. La naturaleza no discrimina cuando nos hace varón o mujer. Nuestro Código Civil no discrimina cuando exige el requisito de ser varón y mujer para contraer matrimonio; sólo reconoce una realidad natural. Las situaciones jurídicas de interés recíproco entre personas del mismo sexo pueden ser suficientemente tuteladas por el derecho común. Por consiguiente, sería una discriminación injusta contra el matrimonio y la familia otorgar al hecho privado de la unión entre personas del mismo sexo un estatuto de derecho público.

6. Apelamos a la conciencia de nuestros legisladores para que, al decidir sobreuna cuesti ón de tanta gravedad, tengan en cuenta estas verdades fundamentales, para el bien de la Patria y de sus futuras generaciones.

7. En este clima pascual, y al iniciar el sexenio 2010-2016 del Bicentenario de la Patria, exhortamos a nuestros fieles a orar intensamente a Dios Nuestro Señor para que ilumine a nuestros gobernantes y especialmente a los legisladores. Les pedimos también que no vacilen en expresarse en la defensa y promoción de los grandes valores que forjaron nuestra nacionalidad y constituyen la esperanza de la Patria.

99ª Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Argentina
Pilar, El Cenáculo, 20 de abril de 2010
19:34 | Autor Iglesia Hogar